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Cómo calefaccionar mi piscina

Llegó el otoño e inmediatamente pensamos que terminó la temporada de piscina. Pero ¿y si te contamos que puedes disfrutarla todo el año? Conoce aquí cómo calefaccionarla incluso en días fríos.

¿Qué debes tener en cuenta para calefaccionar tu piscina?

Lo primero que debes considerar es que una piscina, aún una pequeña, contiene una gran cantidad de agua y ésta presenta una importante inercia térmica, es decir, toma mucho tiempo y energía subir la temperatura. Por eso que para la piscina promedio, la promesa de “agua a 28 grados” en invierno, si bien se puede lograr, será a costa de un gasto importante de energía durante varios días para alcanzarla y luego mantenerla. Por otro lado, aun subiendo la temperatura, el uso que se le dará en invierno será mínimo ya que simplemente no es tan atrayente darse un baño diario y pasar horas jugando en el agua como lo es en verano.

Es por ello que antes de embarcarse en la idea de calefaccionar la piscina es bueno conocer más de las distintas tecnologías existentes, sus ventajas, desventajas y factores de diseño.

  1. Diseño de la piscina.
    Una piscina que se desea calefaccionar debe ser pequeña y poco profunda para que el volumen de agua a calentar sea el menor posible. Debe contar con retornos dedicados de agua caliente que no se encuentra a ras del agua como los tradicionales sino que más profundos, de lo contrario el agua caliente que naturalmente tiende a subir no se mezclará adecuadamente y el calor se perderá por evaporación.

  2. Cubierta Térmica Flotante.
    Similar al plástico de burbujas para embalar pero más gruesa y resistente a los rayos UV, evita pérdidas por evaporación, permite que el calor del sol penetre en el agua y además evita la caída de suciedad en ella. Es la forma más económica de calentar, al menos en algunos pocos grados, una piscina con buena exposición al sol.

  3. Paneles Solares.
    Compuestos por delgados tubos de plástico negro expuesto al sol por donde circula el agua que luego vuelve a la piscina, normalmente se instalan en techos cercanos, y es la forma más ecológica de subir la temperatura del agua y económica de operar. Dependiendo de la calidad del material, resisten el constante sol, puede caminarse sobre ellos, duran en promedio 25 años y son fáciles de instalar por alguien entendido en piscinas. 

  4. Calefactores a Gas.
    No distan mucho en funcionamiento de un calefón de casa, aunque si difieren en diseño y potencia. Con la dimensiones de una lavadora de ropa, es la forma más rápida y efectiva de calefaccionar una piscina, aunque es por mucho la más contaminante y menos ecológica de todas y por lo mismo la más cara de operar. Pueden funcionar tanto con Gas Natural como con GLP.

  5. Bombas de Calor.
    Son de gran eficiencia aunque no están exentas de problemas. El dimensionamiento de las mismas, su ubicación e instalación; resultan clave para un buen desempeño. Si bien no son tan efectivas como un calefactor a gas ni tan ecológicas como los paneles solares, representan un buen punto medio a un precio razonable, lo que explica su popularidad; aunque su eficiencia disminuye cuando hace frío y la humedad del aire es baja. Puedes conocer nuestro stock disponible de bombas de calor en nuestra
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Cómo calefaccionar mi piscina

Dada la gran cantidad de preguntas al respecto trataremos esta tecnología en un artículo dedicado sólo a Bombas de Calor, distintos tipos y funcionamiento.